sábado, 29 de enero de 2011

No desperdicies tu vida, tu energía vital en esfuerzos por mantener la máquina enorme y ridícula de autoimportancia y productividad.
No te olvides de descansar por  mantenerlo "todo en marcha" y "buscando que todo marche adecuadamente".
Permítete ser juguetón .
No abandonas tu deber si decides dar un paseo en la playa.
No seas adicto al trabajo ni establezcas rutinas "seguras" que te mantengan alejado de lo espontáneo.
La vida no es un negocio para ser dirigido, es un misterio para ser vivido.
Permítete romper la tarjeta de los horarios, y hacer un pequeño viaje hacia lo desconocido.
Busca una salida curativa para esa explosión potencial que tienes en tu interior, permite circular libremente a tu energía.
Tu trabajo puede fluir mas apropiadamente si lo haces desde un estado relajado de la mente.
Cuando te sientas abandonado o excluido, no te comportes como un niño pequeño que parado frente a una reja sólo mira a través de ella. Porque es tan pequeño y está tan convencido de que no puede pasar, que es incapaz de ver que la cadena que aguanta la reja no está cerrada, y todo lo que tiene que hacer es abrirla.
Cuando nos sentimos abandonados o excluidos, esto nos trae el sentimiento de ser un niño pequeño y desamparado y el problema consiste en que está tan profundamente arraigado, que suena una y otra vez, como una cinta de cassette en nuestras vidas.
Tú tienes ahora la oportunidad de detener la cinta, de dejar las ideas de que no vales lo suficiente para ser aceptado e incluido. Sólo tienes que reconocer las raíces de estos sentimientos y abandonarlos.
Esto te traerá claridad para ver cómo podrás abrir la puerta y entrar hacia aquello que mas deseas llegar a ser.

No hay comentarios:

Publicar un comentario